En el Hospital Dra. Eloísa Díaz Insunza, la implementación del Modelo Sociosanitario nos ha permitido avanzar hacia una atención que reconoce la complejidad de las trayectorias de salud-enfermedad de nuestras usuarias y usuarios, integrando dimensiones clínicas, sociales, emocionales y territoriales. Como parte de este compromiso, incorporamos el Índice Multidimensional de Efectividad (IME), una herramienta pionera de medición y alerta desarrollada en el marco del proyecto FONDEF ID17I10033 de CONICYT.
El IME nace como respuesta a una realidad crítica: la falta de efectividad y oportunidad en la respuesta hospitalaria frente a condiciones de atención fragmentadas, descoordinación entre servicios, debilidades en la comunicación con las familias, desigual capacitación de los equipos, retraso en la toma de decisiones, y escasa evaluación integral de la calidad y el impacto de las intervenciones. Además, el modelo tradicional suele omitir el enfoque de derechos en los procesos de gestión operativa y clínica.
A través de 8 dimensiones clave —regulación, coordinación, territorio, trayectorias, condiciones básicas, modelos de intervención, confianza funcional y autonomía de equipos— el IME permite observar, medir y comparar el desempeño de nuestros servicios de forma dinámica, generando series de monitoreo que visibilizan avances, retrocesos y alertas tempranas en la atención sociosanitaria.
Más que un simple instrumento de evaluación, el IME se convierte en una herramienta estratégica que orienta decisiones institucionales con base en datos sensibles, experiencias territoriales y criterios de justicia social. Su implementación fortalece la capacidad del hospital para intervenir proactivamente, ajustar procesos en tiempo real y proyectar mejoras de manera sostenible.
El sistema se aloja en una plataforma tecnológica simple, segura y accesible, que permite visualizar los resultados de gestión de forma clara y comprensible. Esto posibilita que distintos actores —equipos clínicos, unidades técnicas, liderazgos directivos y contrapartes externas— puedan identificar señales de alerta y oportunidades de mejora, facilitando una gestión basada en evidencia y orientada al cuidado digno y pertinente.
En esta línea, el IME funciona como una “selfie institucional”: una herramienta de autoobservación que permite mirar hacia adentro, detectar las tensiones estructurales y proyectar caminos concretos de transformación. Su confidencialidad está resguardada, permitiendo que los datos sean utilizados con ética, autonomía y sentido de propósito por quienes lideran y sostienen el proceso hospitalario.
La plataforma cuenta con dos modalidades de uso:
Este enfoque convierte al IME en una herramienta de alto valor público, adaptable a contextos diversos, tanto en el sector público como en organizaciones de la sociedad civil, consolidándose como un componente clave para avanzar en calidad, equidad y efectividad en salud.